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July 17, 2022Sixteenth Sunday in Ordinary Time [Cycle C] – July 17, 2022
Genesis 18:1-10a | Psalm 15 | Colossians 1:24-28 | Luke 10:38-42XVI Domingo Ordinario [Ciclo C] – 17 de julio, 2022
Génesis 18:1-10a | Salmo 15 | Colosenses 1:24-28 | Lucas 10:38-42From the Book of Genesis:
“As [Abraham] sat in the entrance of his tent, the day was growing hot.
Looking up, Abraham saw three men standing nearby.
When he saw them, he ran from the entrance of the tent to greet them.”Del Libro del Génesis:
“Abraham estaba sentado en la entrada de su tienda, a la hora del calor más fuerte.
Levantando la vista, vio de pronto a tres hombres que estaban de pie ante él.
Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la tienda, y postrado en tierra.”Reflection by Br. Carlos Salas, OP:
We need to be hospitable to others because we see Christ embodied in them. Our Christian calling tells us to do to others whatever you would have them do to you (Matt. 7:12), to those whom we know or don’t know, those whom we like or those whom we dislike. For this reason, the Scriptures say: Do not neglect hospitality, for through it some have unknowingly entertained angels (Heb. 13:2). Notice the reverence with which Abraham receives the three guests: bowing to the ground, he said: “Sir, if I may ask you this favor, please do not go on past your servant.” Did not the disciples and other people refer to Christ as Sir? Something instinctually in Abraham led him to treat these three guests with reverence. He knew that they were no ordinary people. The Christian understanding is that Abraham and Sarah indeed welcomed the Holy Trinity into their home. Andrei Rublev later depicted this visit the best in the form of an icon for us to venerate. Still, Abraham showed reverence to these three men in the flesh. This is the greater challenge for us: to venerate our brothers and sisters around us who embody—literally, in the body—God in our time and space. We know this from Christ’s own lips: Amen, I say to you, whatever you did for one of these least brothers of mine, you did for me (Matt. 25:40).
The hospitality and reverence that is due to God’s creation is also made manifest in non-humans. As we experienced this last week, people all over the world were awestruck by the images captured by the James Webb Space Telescope. These images conveyed unimaginable beauty along with the sense of our smallness in the universe. And, even then, the Creator and Artist of the whole universe wants to have an intimate and personal relationship with each one of us, His creatures. As the mystery of this relationship with God, the mystery hidden from ages and from generations past, has been slowly revealed to humanity through millennia, so do we also continue discovering more about our relationship with the rest of creation. This relationship with creation is inviting us to see and treat others with the same reverence with which we approach God at the altar of the Eucharistic sacrifice.
This reverence we offer to God in the form of hospitality and acts of mercy to those around us require a sacrifice of our own wants. Our hope is that one day we can say with St. Paul, I rejoice in my sufferings, but many of us are not there yet. So, we sit at the feet of our Lord like Mary as much as we can, and we offer hospitality to our guests wholeheartedly like Martha. Not only is it possible that we might be entertaining angels, but we are certain that we are serving a person who embodies God merely by being His creature.Reflexión por Fray Carlos Salas, OP:
Debemos demostrar hospitalidad a los demás porque vemos a Jesucristo encarnado en ellos. Nuestro llamado cristiano nos dice que todo cuanto quieran que les hagan los hombres, háganlo también ustedes a ellos (Matt. 7:12), a aquellos que conocemos o que no conocemos, a aquellos que nos agradan o no. Por esta razón, las Escrituras nos dicen: No olviden la hospitalidad; gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles (Heb. 13:2). Note la reverencia con la cual Abraham recibe a los tres invitados: postrado en tierra, dijo: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte.” ¿Acaso los discípulos y los demás no se refirieron a Cristo como Señor? Algo en el instinto de Abraham lo dirigió a tratar a estos tres invitados con reverencia. Sabía que no eran gente ordinaria. El entendimiento cristiano es que Abraham y Sarah, en efecto, hospedaron a la Santísima Trinidad en su hogar. Andréi Rubliov después representó esta visita lo mejor en un ícono para que nosotros veneremos. Aún así, Abraham mostró reverencia a estos tres hombres en la carne. Este es el desafío mayor para nosotros: venerar a los hermanos y hermanas a nuestro alrededor que encarnan—literalmente, en la carne—a Dios en nuestro tiempo y espacio. Sabemos esto de los labios de Cristo: En verdad les digo que cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron (Matt. 25:40).
La hospitalidad y reverencia debida a la creación de Dios también se manifiesta en lo no-humano. Como experimentamos esta semana pasada, gente de todo el mundo estaba fascinada por las imágenes capturadas por el telescopio espacial James Webb. Estas imágenes expresan la belleza inimaginable en conjunto con un sentimiento de nuestra pequeñez en el universo. Y, aun entonces, el Creador y Artista del universo entero quiere tener una relación íntima y personal con cada uno de nosotros, Sus creaturas. Como el misterio de esta relación con Dios, el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones, ha sido revelado lentamente a la humanidad a través de los milenos, así también continuamos descubriendo nuestra relación con el resto de la creación. Esta relación con la creación nos está invitando a ver y a tratar a los demás con la misma reverencia con la que nos acercamos a Dios al altar del sacrificio Eucarístico.
Esta reverencia que le ofrecemos a Dios en la forma de la hospitalidad y en obras de misericordia a aquellos que nos rodean demanda que sacrifiquemos nuestros deseos. Nuestra esperanza es que un día podamos decir con san Pablo, me alegro de sufrir por ustedes, pero muchos de nosotros aún no estamos ahí. Entonces, nos sentamos a los pies de nuestro Señor como lo hizo María lo más que podamos, y ofrecemos hospitalidad a nuestros invitados como Marta, con todo el corazón. No solo es posible que hospedemos a ángeles, pero tenemos la certeza de que le servimos a una persona que encarna a Dios simplemente por ser Su creatura.Something to bring to prayer: - What led Abraham to treat these three guests with such reverence?
- How can I adopt this reverence toward people I encounter every day?
Algo para traer a la oración: - ¿Qué llevó a Abraham a tratar a esos tres invitados con tal reverencia?
- ¿Cómo puedo adoptar esta reverencia hacia las personas que encuentro en mi día a día?
James Webb Space Telescope first deep field image
Source: WebbTelescope.org
