Fifteenth Sunday in Ordinary Time [Cycle C] – July 10, 2022Deuteronomy 30:10-14 | Psalm 69 | Colossians 1:15-20 | Luke 10:25-37 |
XV Domingo Ordinario [Ciclo C] – 10 de julio, 2022Deuteronomio 30:10-14 | Salmo 68 | Colosenses 1:15-20 | Lucas 10:25-37 |
From the Book of Deuteronomy: “If only you would heed the voice of the LORD, your God, and keep his commandments and statutes that are written in this book of the law, when you return to the LORD, your God” |
Del Libro del Deuteronomio: “Escucha la voz del Señor, tu Dios, que te manda guardar sus mandamientos y disposiciones escritos en el libro de esta ley.” |
Reflection by Br. Carlos Salas, OP: It is dangerous to hide behind our fame to identify ourselves according to our achievements. The saying in Spanish, “Cría fama y échate a dormir,” translated as, “Develop a reputation [for yourself] and go to sleep,” can help us illustrate this reality. It does not matter if it is a positive or a negative reputation. The problem starts when we begin to identify ourselves with our achievements, category, titles, intelligence, the respect we receive from others, and with much more. We slowly forget that our principal identity is that of Christians, that is, followers of Jesus Christ. When we develop this reputation that we are successful and we internalize it, our trust in God’s providence is something that we no longer consider useful. That is the danger. We create our own idol. Ourselves. What a danger! Despite not knowing the whole story of the person who tested Jesus in today’s gospel, St. Luke gives us enough detail to recognize that he was someone (whom we can evaluate as) prideful or arrogant. The evangelist introduces him saying: a scholar of the law… stood up to test Jesus. He was a scholar of the law who didn’t know that he was testing the Writer of the law. The creature presents himself to the Creator with intellectual credentials, while the Creator responds with humility. Jesus does not challenge him or scold him but simply invites him to live what he already knows. The problem wasn’t ignorance, given that, being a scholar of the law, he knew it extensively. It also wasn’t that there was an obstacle impeding him carry out the law. No. We have already heard it from the lips of Mosses, For this command that I enjoin on you today is not too mysterious and remote for you. On the contrary, to follow God’s law it is not necessary to have a scholarly degree but to be humble before our Creator. This is the road that leads us to happiness, Happy are those who do not follow the advice of the wicked, or take the path that sinners tread, or sit in the seat of scoffers; but their delight is in the law of the Lord, and on his law they meditate day and night (Psalm 1:1-2). Jesus Himself gives us the example of humility—at the summit, on the cross—in all His interactions, and to the scholar of the law He simply offers examples: a priest, a Levite, and a Samaritan. Clearly, the priest and the Levite fell in the dangerous trap of trusting in their achievements and not in God, while the Samaritan knows that to be happy and to know God, it is necessary to follow the law that God has written in the sacred Scriptures and in our hearts. But, since the scholar of the law already knew all this, Jesus only suggests him, Go and do likewise. |
Reflexión por Fray Carlos Salas, OP: Es peligroso escondernos detrás de nuestra fama para identificarnos de acuerdo con nuestros logros. El dicho: “Cría fama y échate a dormir,” nos ayuda a ilustrar esta realidad. No importa si es una fama positiva o negativa la que tengamos. El problema comienza cuando comenzamos a identificarnos con nuestros logros, categoría, títulos, inteligencia, el respeto de otros, y con mucho más. Poco a poco olvidamos de nuestra identidad principal como cristianos, es decir, como seguidores de Jesucristo. Cuando criamos esa fama de que somos exitosos y la internalizamos, nuestra confianza en la providencia de Dios es algo a lo que ya no consideramos útil. Ese es el peligro. Creamos a nuestro propio ídolo. A nosotros mismos. ¡Que peligro! A pesar de no conocer toda la historia de la persona que interrogó a Jesús en el evangelio de hoy, san Lucas nos da suficiente detalle para reconocer que éste era alguien (podemos evaluar) orgulloso o arrogante. El evangelista lo introduce diciendo: se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba. Era un doctor de la ley sin saber que interrogaba al Escritor de la ley. La creatura se presenta ante el Creador con sus credenciales intelectuales, mientras que el Creador le responde con humildad. Jesús no lo reta o regaña, pero simplemente lo invita a vivir lo que él ya conoce. El problema no era la ignorancia, ya que, siendo un doctor de la ley, la conocía extensivamente. Tampoco había algún obstáculo que le impedía llevar a cabo la ley. No. Ya lo hemos escuchado de la boca de Moisés, Estos mandamientos que te doy, no son superiores a tus fuerzas ni están fuera de tu alcance. Al contrario, para seguir la ley de Dios no es necesario tener un doctorado sino la humildad ante nuestro Creador. Este es el camino que nos lleva a la felicidad, a la Verdad, a Dios mismo: Feliz quien no sigue consejos de malvados ni anda mezclado con pecadores ni en grupos de necios toma asiento, sino que se recrea en la ley de Yahvé, susurrando su ley día y noche (Salmo 1:1-2). Jesús mismo nos pone el ejemplo de humildad—a la cima en la cruz—en todas sus interacciones, al doctor de la ley simplemente le ofrece ejemplos: un sacerdote, un levita, y un samaritano. Claramente, el sacerdote y el levita cayeron en la trampa peligrosa de confiar en sus logros y no en Dios, mientras que el samaritano conoce que para ser feliz y conocer a Dios, es necesario seguir la ley que Dios ha escrito en las sagradas Escrituras y en nuestros corazones. Pero como el doctor de la ley ya lo sabía todo esto, Jesús solo le aconseja, Anda y haz tú lo mismo. |
Something to bring to prayer:
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Algo para traer a la oración:
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