Sixth Sunday in Ordinary Time [Cycle C] – February 13, 2022 Jeremiah 17:5-8 | Psalm 1 | 1 Corinthians 15:12, 16-20 | Luke 6:17, 20-26 |
Domingo VI del Tiempo Ordinario [Ciclo C] – 13 de febrero, 2022 Jeremías 17:5-8 | Salmo 1 | 1 Corintios 15:12, 16-20 | Lucas 6:17, 20-26 |
From Psalm 1: “The Lord watches over the way of the just, but the way of the wicked vanishes.” |
Del Salmo 1: “El Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.” |
Reflection by Br. Carlos Salas, OP: There is no ambiguity for those who have not placed their trust in God. The readings today speak the reality of the consequences of our actions. We may be more familiar with Matthew’s list of “The Beatitudes” (Matt 5:3-11) that our Lord gives on the mount. Luke’s account of these ‘blessings’ also includes equally opposite ‘woes’ to each blessing. These all refer to our human condition: poverty, hunger, grief, and rejection. Our Lord wants to remind us today that those who now enjoy the opposite of those—richness, satisfaction, laughter, and acceptance—are not looking too far beyond themselves. Instead, they place their trust in themselves, becoming blinded by the human condition and self-centeredness. The Prophet Jeremiah offers no softer words: “Cursed is the one who trusts in human beings.” Both the Prophet Jeremiah and the Psalmist use the analogy of trees to better understand this situation. Those who trust in the flesh, says the Prophet Jeremiah, are “like a barren bush in the desert,” but those who trust in the Lord are “like a tree planted beside the water that stretches out its roots to the stream… in the year of drought it shows no distress, but still bears fruit.” Psalm 1 essentially shares the same message. In other words, those who put their trust in themselves will bear no fruit, while those who trust in God will bear fruit even amidst a time of desolation when God may seem far away. Those who bear fruit in season and out of season have their faith firmly rooted in Christ, the stream of living water. In those desolate times, they are the ones weeping now who will later laugh. These readings are telling us to look beyond ourselves. Look to God. See Him in those around you right now and for the rest of the week. None of the pleasures that we can experience in this life can satisfy us, so we must look to our Blessed Lord, who promises to give us joy, laughter, and the Kingdom of God. We receive that gift by sharing our gifts with others. For instance, on this Marriage Sunday, we may recall that the couple who entered the Sacrament of Holy Matrimony did not enter it for themselves alone. Each must look out for the needs of his or her spouse. And, together, they look out for the needs of their brothers and sisters who may need their assistance, beginning with their own children and families. Marriage is also a sacrament of service for the good of their spouse and their immediate society in some way. They form a family planted near running water and are blessed. |
Reflexión por Fray Carlos Salas, OP: No hay ambigüedad para aquellos que no han puesto su confianza en Dios. Las lecturas de hoy nos hablan de la realidad de las consecuencias de nuestras acciones. Puede que seamos más familiarizados con la lista en Mateo de “Las Bienaventuranzas” (Matt 5:3-11) que nuestro Señor nos da en el monte. El recuento de Lucas de estas ‘dichas’ también incluye igualmente opuestas advertencias a cada dicha o bendición. Todas estas se refieren a nuestra condición humana: pobreza, hambre, dolor, y rechazo. Nuestro Señor nos quiere recordar hoy que aquellos que ahora disfrutan de lo opuesto de esas—riqueza, satisfacción, risa, y aceptación—no están observando muy lejos de ellos mismos. En su lugar, ponen su confianza en sí mismos, cegándose por la condición humana y el egocentrismo. El Profeta Jeremías no ofrece palabras más suaves: “Maldito el hombre que confía en el hombre.” Ambos el Profeta Jeremías y el Salmista usan la analogía de la vegetación para entender mejor esta situación. Aquellos que confían en la carne, dice el profeta Jeremías, son “como un cardo en la estepa,” pero aquellos que confían en el Señor son “como un árbol plantado junto al agua… en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos.” Salmo 1 esencialmente comparte el mismo mensaje. En otras palabras, aquellos que ponen su confianza en sí mismos no rendirán fruto, mientras que aquellos que ponen su confianza en Dios rendirán fruto incluso en medio de un tiempo de desolación cuando Dios parece estar alejado. Aquellos que rinden fruto dentro y fuera de la temporada tienen su fe firmemente enraizada en Cristo, la corriente de agua viva. En esos tiempos de desolación, ellos son los que ahora lloran y que después reirán. Estas lecturas nos están invitando a ver más allá de nosotros mismos. De mirar a Dios. Verlo en aquellos a nuestro alrededor ahora mismo y por el resto de la semana. Ningún placer que podamos experimentar en esta vida nos puede satisfacer, así que debemos voltearnos hacia nuestro Bendito Señor, quien promete darnos alegría, risa, y el Reino de Dios. Recibimos ese regalo al compartir nuestros dones con los demás. Por ejemplo, en este Domingo del Matrimonio, podemos recordar que la pareja que entró el Sacramento del Sagrado Matrimonio no lo hizo por ellos solos. Cada uno debe estar atento de las necesidades de su esposo o esposa. Y, juntos, ellos deben estar atentos a las necesidades de sus hermanos y hermanas que puedan necesitar su asistencia, comenzando con sus propios hijos y familias. El matrimonio también es un sacramento de servicio para el beneficio de su esposo/a y la sociedad inmediata a ellos de una manera. Ellos forman una familia plantada junto al río y son bendecidos. |
Something to think about:
|
Algo en que pensar:
|